Estuve
conversando durante la semana pasada con amigos, familiares y estudiantes que
en algún momento dado han utilizado la tecnología como medio para su educación.
En este ejercicio investigativo hable con personas de la “Generación Red” de la
que nos habla Bullen (2009), algunos han realizado cursos virtuales, otros están
pensando hacerlos y otros reconocen que
herramientas como las bases de datos, YouTube,
las redes sociales y la red en
general, son indispensables para su estudio.
En todos los
casos el uso de las tecnologías en su formación partió de una iniciativa
propia, es decir participaron por voluntad propia, la mayoría de ellos me expreso
el gusto que tienen por usar la tecnología y en especial la internet en su vida
cotidiana y como disfrutan sentirse “conectados”. Dentro de los aspectos que resaltaron sobre
el uso de la tecnología en espacios educativos, era que le permitía ser dueño
de su tiempo, disfrutaban de esa “versatilidad”, también resaltaron como estos
medios les permiten interactuar con distintas personas de otras ciudades, otros
países y otras formaciones, y además como gracias a ellos disponía de información
inmediata y actual.
Todos los
entrevistados coinciden en la importancia de incorporar la tecnología en la
educación, ya que en sus propias palabras “facilita el aprendizaje” y pone a su
disposición “gran cantidad de información necesaria para la formación”. Uno de los entrevistados manifestó que es
fundamental cuando se participa en un curso virtual tener desde el principio
claridad sobre la intención que tiene el curso, como el docente debe trazar un
camino claro de las actividades y los objetivos que se pretender alcanzar y
retroalimentar y fomentar la participación e interacción de los estudiantes en
este espacio, pues un aula virtual no es “solo para copiar y pegar información
para que se quede ahí para la lectura”.
Es claro como los
estudiantes de hoy, como lo manifiestan autores como Prenzky (2001) y Zigmund
Bauman (2008), están permanente “conectados”, son multitarea, necesitan estímulos, les
gusta aprender partiendo de la experiencia y de lo que les produzca emociones,
son poco pacientes, buscan aplicar lo que aprenden a sus realidades, como dice
Mark Bullen (2009), los “nativos digitales” requieren un cambio de una “arquitectura
de presentación” a una “arquitectura de participación”, ellos definitivamente quieren
hacer parte del proceso.
Esto nos debe
hacer reflexionar a nosotros como docentes si realmente estamos teniendo en la
cuenta lo que nuestros estudiantes requieren y lo que nosotros mismo al ser estudiantes
hemos buscado y es participar.
Hola Caro, me parecen muy interesante tus hallazgos, un poco distantes de los míos, creo que hay radica la importancia. Mientras tus conversaciones presentan la tecnología y más especialmente la educación virtual como algo indispensable en el proceso de formación de las personas, mis conversaciones la postulan como un simple instrumento o metodología. Considero que la disputa actual en torno a la tecnología no se realiza entre tecnófilos y tecnófobos sino entre aquellos que hacen uso reflexivo de las TIC y aquellos para los cuales son simples maneras o métodos de abordar y complementar la enseñanza y el aprendizaje
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que uno de los atractivos más grandes de internet es el acceso a la información, la posibilidad de explorarla, compararla, refutarla y compartirla,es fascinante pues en un tiempo era una práctica casi que exclusiva. De igual forma eso que ellos expresan de poder interactuar con personas de otros lugares, culturas y generaciones es la realidad palpable de esa comunicación horizontal, que sin desconocer los niveles de aprendizaje, la experiencia y el transitar intelectual del otro, permite construir conocimiento y recrear un ambiente de aprendizaje sin presiones ni prevenciones.
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