miércoles, 29 de febrero de 2012

Docente en los ambientes virtuales moderador o espectador?

 Está claro que el docente del siglo XXI deberá repensar cuál es su rol en los procesos de enseñanza y aprendizaje en los que participa, no solamente por la inclusión de las tecnologías en el ámbito educativo, sino porque el panorama en general se ha transformado, el contexto en el que nos movemos es cambiante, se transforma rápidamente y nuestros estudiantes son producto de él; permanentemente están buscando participar de su experiencia, que se les estimule, que se les motive y que se les incluya más.

Ahora el docente no puede solo asumir el papel de expositor de un contenido, lo que Collison et al. llaman “un sabio en el escenario”, en donde la comunicación está limitada a emitir un mensaje a un receptor  y en ocasiones no se verifica si este mensaje realmente ha sido asimilado, procesado y si ha significado algo para ese otro individuo.  Y hablo en términos de comunicación porque es precisamente la comunicación la base de esta teoría; el rol que deberá asumir el docente de este siglo deberá ser el de “moderador”, asumiendo la difícil tarea de ser el promotor de una “cultura de la comunicación en el aula”, no solamente en el espacio virtual, sino, en mi opinión personal, también en el presencial.

Es así como el docente deberá ser el facilitador de las relaciones de comunicación entre los miembros de esa comunidad, deberá promover el diálogo entre ellos y facilitar de esta forma la interacción  de los estudiantes nos solo con los contenidos del curso, sino también con los demás individuos que componen esa comunidad.

En el espacio virtual, esta labor del docente se hace, a mi modo de ver, más compleja. Retomando mis comentarios anteriores sobre las experiencias previas que he tenido en otros cursos virtuales, refuerzo la idea que es necesario para participar activamente del curso, tener la retroalimentación del otro, no sentirse hablándole al vacío, que haya otro “conversando” contigo, con tus comprensiones, con tus preguntas, con tus mismos errores, que realmente se de la interacción y para esto creo que es fundamental esa intervención del docente en algunos momentos, es por eso que el docente “facilitador desde el lado” de Collison et al. deberá ser muy cuidadoso para no caer en el extremo y pasar de facilitador a observador o espectador, deberá estar permanentemente haciendo un monitoreo del curso, pues los participantes de una comunidad virtual o presencial, son todos distintos, con distintas formas de aprender, distintos tiempos para asimilar los conocimientos, distintas formas de expresarse, de comunicarse con el otro. No siempre es fácil lograr crear esa cultura de la comunicación en la que los participantes  ejerzan, no por obligación, sino por convicción y por motivación, ellos mismos el papel de moderadores y es entonces papel del docente hacer este escaneo permanente del curso y ser pues el catalizador de estas relaciones, haciendo las intervenciones oportunas, para no permitir que los estudiantes pierdan la motivación y el interés por los temas tratados y que por el contrario cada vez se sientan más comprometidos e intrigados.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con lo que expresas del contexto cambiante, pues la información crece sustancialmente y se duplica con mayor velocidad , el crecimiento es exponencial, entonces tenemos que moderar con mayor intensidad, para que los objetivos propuestos en un curso se cumplan y no se diluyan con facilidad en ese mar de información; no quiere decir que al moderar estemos frenando e influenciando los criterios del aprendiz, más bien controlamos los influjos y canalizamos el desarrollo del curso sin irnos a los extremos.

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